Las empresas no hablan, no escuchan. La antropología trata de romper esa idea y se encarga de investigar, explorar y entender a las personas. Porque entender es uno de los retos éticos de la empresa del siglo XXI.
Eso es lo que viene a contarnos Pablo Mondragón en esta entrevista donde nos dice que, para el impulso de las comunidades, el aprendizaje y la generación de talento, todo pasa por generar impacto a través del pensamiento crítico.
Llevamos siglos hablando de la ética, la filosofía, la sociología, la psicología, la lingüística. ¿Qué hacemos con todo eso? ¿Lo desechamos o incluimos las humanidades dentro de nuestra estrategia?
Todo este mundo de la filosofía, de la sociología, de la psicología, de la lingüística no es una cosa que esté ahí aislada de la sociedad en una academia ni una carrera para cuatro frikis sin salidas laborales, sino que realmente tiene un enorme impacto y sobre todo una enorme necesidad en los retos actuales
Resumen de la Entrevista a Pablo Mondragón
- El trabajo de Pablo Mondragón gira en torno a promover la importancia de las humanidades y las ciencias sociales en la sociedad. Al profesionalizar las humanidades y hacerlas más accesibles, su objetivo es incorporar perspectivas humanísticas en diversas profesiones, fomentando una comprensión más holística de los desafíos sociales.
- El aprendizaje en línea y la tecnología juegan un papel crucial en la innovación de la educación en humanidades. El microaprendizaje y las experiencias inmersivas son efectivos para adaptarse a la sobrecarga de información actual y a las limitaciones cognitivas, permitiendo a las personas involucrarse con conceptos específicos de manera enfocada y eficiente.
- Un enfoque de aprendizaje con propósito y colaborativo es esencial. Al alinear los objetivos de aprendizaje con un propósito claro y fomentar la colaboración, las personas pueden trabajar juntas de manera efectiva y generar soluciones innovadoras a los desafíos sociales.
- Mondragón desafía la idea de una economía puramente centrada en el ser humano y sugiere integrar factores ambientales y sociales en los modelos económicos. Considerar el impacto del consumo e incorporar conocimientos sobre las implicaciones ambientales y sociales de los productos y servicios puede impulsar prácticas económicas más responsables y sostenibles.