Cuando estábamos poniendo en marcha Acción por la Música, en los primeros años era verdaderamente difícil alcanzar un cierto equilibrio económico. Nos veíamos obligados a activar distintos proyectos para incrementar nuestra financiación y, así, garantizar la sostenibilidad de los costes generales que teníamos y que sostenían nuestra capacidad de desarrollo a futuro.
Había momentos en que entrar en tantos proyectos hacía que se comprometiera nuestra capacidad de llegar bien a todo y trabajar con la calidad necesaria.
Pero si decidíamos elegir pocos proyectos para hacerlo todo al máximo nivel de que éramos capaces, entonces también corríamos el peligro de perder la posibilidad de ser sostenibles de manera económica y financiera a corto plazo.
Esta dinámica de diversificación forzada es frecuente en los emprendimientos sociales. Entre nosotros eran habituales las conversaciones en que alguna voz pedía que bajásemos el ritmo, pero otra voz decía que eso no era posible; la primera voz replicaba que no éramos capaces de ofrecer la calidad que debíamos si manteníamos tanta actividad y la otra voz le respondía que si no hacíamos eso, no podíamos seguir adelante.
Este tipo de situaciones nos suceden constantemente. Vivimos entre tensiones de valores. Es frecuente que nos atasquemos en tensiones como ésta que he narrado, o como la que existe entre ser más directivos o más participativos en nuestro liderazgo, entre ir de prisa e ir despacio… Nos gustaría poder resolver las tensiones de una vez por todas y tendemos a tratarlas como si fuesen problemas a solucionar: buscamos una solución que las elimine.
Sin embargo, las tensiones no son problemas para resolver: son dinámicas que gestionar. Son como fuerzas tectónicas sobre las que sucede nuestro funcionamiento como empresas y como personas. Lo interesante es aprender a conocer y gestionar este sistema de energía que está en movimiento perpetuo sin aspirar a hacer que se quede quieto. En realidad, lo que hace falta es un cambio de paradigma de pensamiento: del pensamiento estático al pensamiento fluido.
En realidad, lo que hace falta es un cambio de paradigma de pensamiento: del pensamiento estático al pensamiento fluido.
Estos conflictos entre valores que parecen opuestos pero en realidad son interdependientes se llaman polaridades. Ha escrito mucho sobre ellas Barry Johnson.
Una polaridad es un sistema de energía continuo entre dos valores aparentemente opuestos. Se mueve sin parar y esa es su característica principal.
En una polaridad existen dos valores en tensión que son percibidos como opuestos. Además, cada uno de ellos se percibe como un valor absoluto por quien lo defiende. En realidad, ninguno de los dos valores es absoluto: es relativo e interdependiente respecto del otro. Existe siempre un valor por encima de ellos que les da sentido.
Examinemos el caso que contaba al principio para entender mejor la gestión de polaridades. A la hora de consolidar nuestra organización naciente durante sus primeros años, necesitábamos gestionar la tensión entre la sostenibilidad financiera y la orientación a la calidad en los detalles en nuestra intervención. El conflicto emergía una y otra vez. La única manera de poder sostener esta tensión es considerar la naturaleza dinámica de todo: ninguna de estas decisiones, de privilegiar la sostenibilidad económica o privilegiar la orientación a calidad en los detalles, debe ser algo permanente o definitivo. Más bien deben moverse e impulsarse en una espiral ascendente donde lo uno nutra a lo otro.
Ninguna decisión debe ser algo permanente o definitivo. Más bien deben moverse e impulsarse en una espiral ascendente donde lo uno nutra a lo otro.
No podemos aspirar a que una polaridad desaparezca: por naturaleza, las polaridades son sistemas de energía que se mueven a perpetuidad. A lo que sí podemos aspirar es a gestionar estos sistemas de energía en tensión perpetua de la manera más saludable posible. Todo empieza por identificarlas.
Es posible que después de leer esto, te empiecen a aparecer polaridades por todas partes. ¡El trabajo comienza ahora!
- Este artículo es una reflexión en torno a la píldora formativa Entre opuestos: Cómo navegar polaridades para impulsar el cambio social que se llevó a cabo dentro del marco de la 9ª Edición de Foro Géiser celebrada el 7 de noviembre de 2024 en Tenerife.
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